Bulnes, lunes 14 de diciembre de 2009.
En horas de la mañana de ayer domingo cuando una de las encargadas de la capilla católica Nuestra Señora de la Candelaria de la localidad de San Ignacio de Palomares, en la comuna de Ráqnuil, acudió a tocar las campanas para llamar a Misa en la primera seña, una de ellas había desaparecido, estimándose que fue robada por desconocidos.
El Párroco de Ñipas, Padre Edgardo Ojeda informó que la campana pesa alrededor de 200 kilos y fue traida al lugar por los Jesuitas el año 1701, antes de la fundación de la parroquia de Ñipas, ya que en ese entonces, hace ya 300 años, las oficinas del estado como registro civil, Carabineros, Escuelas, Iglesias y otras, se ubicaban en San Ignacio de Palomares. Con motivo de la fundación de Ñipas a orillas del río Itata, se trasladaron posteriormente todos estos servicios, quedando la localidad como un centro turístico que conserva sus tradiciones típicas de campo como la arquitectura de sus casas de adobe y grandes corredores. Actualmente San Ignacio de Palomares cuenta con unos 100 habitantes y se ubica 23 kilómetros al sur poniente de Ñipas.
Carabineros de Ñipas tomó conocimiento del hecho y se aboca a dar con el paradero de la campana, que no solo tiene un valor centenario, si no que también conserva una tradición.
