Bulnes, lunes 12 de abril de 2010:
El pasado domingo 28 de febrero, un día después del terremoto, fue el día en que Bulnes despertó del adormecimiento de la tragedia y salió a la calle.
Temprano era posible ver vecinos desplazándose por las calles, mientras en la plaza de armas se instalaban piscinas y un carro de Bomberos las llenaba con agua sacada del pozo de la plaza, para que se abastecieran los vecinos. Al mediodía el Padre Samuel acompañado de Diáconos y acólitos, realizaba una Misa en el centro de la Plaza.
Ya en la tarde se vio al dueño del Pub El Vagón repartiendo helados de marca a todos los vecinos que encontraba en la calle. Lo mismo hacía el dueño del kiosco Manhattan en diversas calles. Mientras otros vecinos acudían en masa a la planta de Essbío en calle Condell a abastecerse de agua, en especial los que vivían en el sector oriente que sufrieron el corte del suministro debido a que una matríz ubicada frente a la cancha Yanine se rompió.
Ya por la tarde los vecinos empezaron poco a poco a desplazarse a los alrededores del Supermercado Bigger, a quién habían dado plazo hasta las seis de ese día para que abriera sus puertas, de lo contrario lo saquearían. A las siete había más de un centenar de vecinos, en especial jóvenes portando mochilas, en las afueras del supermercado. En la puerta de ingreso más de 15 Carabineros que vestían chalecos antibalas y cascos de guerra, la custodiaban. De pronto el administrador dio un discurso explicando el porqué no podían abrir en ese momento. De entre la multitud salió la potente voz de una vecina que lo increpó y le dijo que sus hijos tenían hambre hoy. Fue más que una arenga y la multitud rugió y el administrador no tuvo otra opción que empezara a atender.
Al empezar a atender público el supermercado, la turba se dirigió a la esquina de Bianchi, primero caminando y luego en carrera. Los seguimos creyendo que tratarían de ingresar al super por la parte trasera, pero no. Siguieron corriéndo por calle Bianchi hacia los departamentos. Le preguntamos a uno conocido para donde iban y nos respondió qu al supermercado al lado del terminal. Nos unimos a la carrera y cada vez eran más los que se unían. Pasamos la línea y luego una cuadra más y estaban ahí los primeros dando feroces patadas a la cortina del lado oriente. Nos paramos al frente y empezamos a sacar fotografías. Como no pudieron derribar esa cortina, comenzaron a patera la cortina del lado poniente y esta sí que cedió, luego quebraron el inmenso vidrio de la vitrina y empezaron a ingresar. Dejamos de sacar fotografías y guardamos la cámara.
El primero en salir fue un jóven alto que enarbolaba entre sus manos alzadas cuatro botellas de ron. Luego lo hizo un niño con varias cajetillas de cigarrillos. Y por fin apareció un jóven con cuatro botellas de aceite, luego una señora con paquetes de pañales y también muchos jóvenes con cajas de bebidas de 2 litros que trataban de meter a sus mochilas, pero no les cabían. Todos corrían hacia la línea férrea.
Luego aparecieron 2 vecinas que se pararon manos en jarra y se opusieron a que el saqueo continuara. La gente las retó, pero les hicieron caso. En eso se acercó una persona y nos dijo que se estaban poniendo de acuerdo para quitarnos la cámara. Ahí nos replegamos hacia un negocio y varias vecinas nos protegieron hasta que pasó un vecino en vehículo y nos sacó del lugar, justo en el momento en que llegaba Carabineros.
Luego nos fuimos a reportear a los vecinos de las poblaciones Matías Madariaga y 3 de octubre que dormían en carpas, pero eso ya lo contamos anteriormente.
