MARÍA JOSÉ QUINTANILLA ENCANTÓ A LOS SIETE MIL BULNENSES QUE PRESENCIARON SU SHOW.
Bulnes, domingo 14 de febrero de 2010:
Cuando María José Quintanilla inició su show a eso de las diez de la noche cantando canciones internacionales, su público miraba sin expresarse. Sin embargo cuando subió al escenario un mariachi e irrumpieron los sones de la primera canción ranchera, el recinto carnaval se vino abajo con los aplausos de las siete mil almas que lo adornaban.
De ahí para adelante su show fue impecable y trajo al recuerdo de los presentes, su imagen de niña buena del programa rojo. Y en realidad nada ha cambiado. Su candidez sigue intacta, lo mismo que su sonrisa a flor de labios. Amable y simpática.
Su show fue interactivo porque hizo participar al público e integró a sus músicos. Y la más de una hora de rancheras se pasó volando y su público no la quería dejar irse. Quería más y otra y otra canción hasta que llegó la última. Una lástima.
Luego recibió a la prensa en su camarín instalado en la sala de profesores de la escuela D-302, ocasión en que envió un saludo escrito a nuestros lectores, que encabeza esta nota. Igualmente se fotografió con sus fans que pudieron romper los cordones de seguridad y siempre tuvo una sonrisa para cada uno.
Así fue el paso de María José Quintanilla por Bulnes. Un huracán de meliodosa voz con remolinos de simpatía y ráfagas de buena onda. Un siete.